Una comunión en un horno antiguo.

Este fin de semana me ha tocado organizar una comunión. Se celebraba en el pueblo familiar: Saelices de la Sal (Guadalajara) y como somos tanta familia había que buscar un lugar para que todos pudiéramos hacer un aperitivo de pie y luego comer sentados.

La madre del niño, lo tenia claro... El Horno del pueblo!!
 
Un lugar especial para todos nosotros, ya que hace mucho tiempo fue el trabajo familiar de mis abuelos, tíos y mi madre. Hacían pan , magdalenas y tortas para repartir y abastecer a los habitantes de la zona.  Pasado el tiempo, lo restauraron y ahora está a disposición del pueblo. Tanto para eventos personales, como para actividades y fiestas del propio pueblo.

Dicho esto, os contaré que todo el preparativo fue casero: 





La comida corrió a cargo de la prima Menchu, una cocinera  experta en dar de comer a grupos grandes, con buenas ideas y buen emplatado.


Al igual que el resto de carteles y minuta de comida, hice unas pequeñas etiquetas en azul con el nombre del canapé que había en las diferentes bandejas del aperitivo.

El resto de elementos, eran todo en beige, blanco y azul.

Como es natural en mi personita, aparte de poner globos en dos tonos de azul para darle un toque infantil al lugar; abusé de las flores cogidas en el campo y en jardines familiares. 
Decoré muchos tarros de cristal con blondas, lazos y puntillas adhesivas.



 Pero el mejor momento de la jornada y después de una sesión de hinchable, fue el Candy Bar. 
Era la primera vez que yo ponía uno y la verdad que fue lo mejor que pude hacer para los peques y no tan peques.

 Gracias Nuri por esta maravillosa tarta azul de chuches, que nadie se atrevía a tocar. Supongo que a todos nos daba pena deshacerla.
Y esto es todo lo que hice, gracias a mis "maris" por ayudar y ponerse a mis ordenes para colocar todo.
Con el tiempo, seremos unas grandes expertas en eventos.
Besos.

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