Hoy voy a cambiar el tipo de entrada en este blog.
Saelices de la Sal: un pueblo de la provincia de Guadalajara, hundido en un valle dominado por dos elevados y rocosos cerros.
Tiene unas salinas que se sitúan en el valle del Arroyo de la Vega, formando un conjunto de inmuebles compuesto por un almacén de sal, una pequeña ermita y dos explotaciones salineras con sus respectivos pozos, canalizaciones, balsas, vallados y canales perimetrales de drenaje.
Los primeros documentos relativos a la extracción de sal en Saelices de la Sal se remontan a 1203. Hasta la transición entre la Edad Media y la Edad Moderna, la propiedad de las salinas recayó en distintos señores bajo el control del rey de Castilla.
En el siglo XVIII recibieron el impulso de la monarquía ilustrada, y el aspecto actual de las instalaciones se atribuye cuando Carlos III las mandó reconstruir. Se arreglaron completamente los caminos, los recocederos, las acequias, los edificios de almacenamiento, suponiendo un aporte económico a la zona muy importante.
Interior del Almacen de sal. |
Puerta del almacen donde se guarda la sal |
En 1872 las salinas fueron adquiridas al Estado por un particular que inició su explotación privada. Pero tras la Guerra Civil española, periodo en que tuvieron las salinas daños notables, se pusieron de nuevo en funcionamiento, sustituyéndose las norias por motores, primero movidos por combustible y más tarde mediante energía eléctrica. Pero su explotación duró, como mucho, hasta comienzos de los años 1970 en lo que a la elaboración de sal se refiere y hasta 1981 en lo que atañe al aprovechamiento del agua salada, que se vendía para diferentes actividades industriales.
En Guadalajara capital todavía existe, para cruzar el arroyo del Alamín una vez pasado el Henares, un puentecillo al que llaman “La Puentecilla Salinera”, y que permitía seguir el Camino Salinero que pasaba por la parte baja de las Aguas Vivas, hoy zona en plena expansión urbanística. Era el inicio de un largo trayecto hasta estas salinas de Saelices y otras localidades como las de Imón, que también dieron nombre en Cifuentes, por donde había que pasar, a una de las puertas de su muralla medieval: “La Puerta Salinera”.
Puertecilla Salinera de Cifuentes. |
Como he comentado antes, el trabajo de las salinas desapareció en la década de los años 80 del siglo XX y en el año 2007 es declarado Bien de Interés Cultural.
Ahora son propiedad de la "Fundación Naturaleza y Desarrollo”, creada expresamente para recuperarlas, explotarlas y darlas a conocer.
La falta de uso estaba provocando su deterioro, de manera que con el fondo de la Fundación Biodiversidad y el Ministerio de Cultura y por medio de la Diputación, ha permitido también la conservación de este enclave. De hecho, gracias al convenio entre la Diputación de Guadalajara y el Ayuntamiento de Saelices de la Sal se dará empleo a tres personas y con posibilidad de ampliar la plantilla.
Desde el punto de vista medioambiental, la flora salina es objeto de investigación para el CSIC y destaca la presencia de dos especies: Riella helycophylla y riella cosoniana.
Riella cosoniana y riella helycophylla. |
Las Riellas son briófitos acuáticos (una especie de musguitos acuáticos que se incluyen dentro del grupo de las Hepáticas) muy pequeños, de 0,5-3,5 cm, que crecen sumergidos o en zonas encharcadas, en aguas muy someras, limpias y bien iluminadas, tanto salinas como dulces. No toleran la contaminación del agua y por eso empiezan a escasear
Pues bien, para dar a conocer este espacio, el Ayuntamiento de Saelices de la Sal, junto con FUNADER, y la colaboración de la Diputación Provincial de Guadalajara y la no menos importante colaboración de los lugareños, ha organizado esta “I Jornada Blanca”. Este día de fiesta ha girado en torno al producto que ha dado sentido durante siglos a este municipio: la Sal.
Tarros de flor de sal, cogido manualmente y que se vende al público. |
Durante toda la semana los mas jóvenes, guiados por adultos, estuvieron haciendo talleres de guirnaldas y velas. Se decoraron las calles, ventanas y algunos balcones que tiene la localidad.
Se decoró con tejidos y detalles blancos, como inspiración de la sal, y se utilizó girasoles por los campos tan preciosos que en este momento hay por los alrededor
La jornada comenzó con unas tapas cocinadas por las mujeres de la localidad, recetas donde la Sal, como en todo, fue la protagonista.
Después se hizo una comida popular, por la tarde una conferencia sobre el estudio arqueológico de las salinas, por Adolfo Guillen y por la noche la Pete Wilson Blues Band, nos dio las mejores notas de blues para cerrar la jornada.
Horno del pueblo, restaurado y para uso popular.
Lugar donde se hizo la conferencia.
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Pero durante todo el día lo mas importante, fue el vaivén de gente para hacer visitas guiadas a las salinas, donde se les daba un saquito de "salario", especialemente a los pequeños que tenían visitas especiales para ellos. Pasear y disfrutar del buen tiempo y ver la exposición de cuadros de Rafael Morales Cachaldora, que se instaló en la Ermita de la Salina.
Ermita, lugar donde tuvo su espacio los cuadros de Cachaldora
Las salinas De San Juan de Saelices de la Sal vuelven a recuperar su actividad tras más de 30 años de 'parón'. Espero que esta pequeña muestra os anime a visitarlas y darlas a conocer. Aquí os enteraréis de cómo hacerlo.
Visítalas!!!
AGRADECIMIENTOS: A Mar Morales y Milagros Lafuente, por proporcionarme tantas fotos. A Charo Sotoca por revisarme y corregirme la información. Gracias chicas!!
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